El Karate, además de formar deportistas en el arte de la defensa personal, se utiliza como una sólida herramienta para la formación integral de la persona. Desarrollando y afianzando la voluntad, la perseverancia, tolerancia y el respeto. El practicante inicialmente aprende las técnicas comunes del karate tradicional, a trabajar su cuerpo realizando las prácticas centradas en el cuerpo, ganando conciencia física y poniendo la atención en el propio espacio corporal, dejando de lado los pensamientos que nos invaden. A medida que el estudiante avanza en su graduación y obtiene mayor desarrollo de la técnica, aprende a realizar el golpe o movimiento con su máxima energía posible, lo cual requiere de una máxima concentración. A partir de los 8 años en adelante. |
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