El Club Mendoza de Regatas se consagró campeón de la División de Honor de Fustal al derrotar al Club Alemán por 3 a 2 en tiempo suplementario, en una final electrizante disputada en Montercarlo, Misiones.
El Lago, que ingresó a último momento ganando un torneo clasificatorio en el que casi queda fuera de semifinales, ha vuelto a demostrar el peso de su camiseta. Sí, ese mismo Regatas que comenzó empatando y generando dudas, pero que se sobrepuso con la fuerza de un verdadero campeón, mostrando una vez más por qué ha ganado más títulos que cualquier otro equipo mendocino en La División de Honor.
Este equipo dirigido por Pablo Longo ha sido una obra de arte en constante evolución desde el cambio de timón en 2019. Cada torneo, cada partido, ha sido una lección de paciencia y crecimiento. Sufriendo, sí, pero siempre con la personalidad suficiente para dar vuelta los partidos, tal como sucedió frente a Flamengo y en la final.
Este título no es solo una victoria más. Es el resultado de un proceso, de creer en un proyecto y de trabajar incansablemente. Ese proyecto que arrancó hace cinco temporadas de la mano del profesor Martín Romero en la coordinación del fustal, y de la presidencia de Jorge Aguirre Toum que terminó no solo dando resultados dentro de la cancha, sino también en una organización y crecimiento edilicio y organizacional que ha derivado en éxitos rotundos.
Regatas, el pentacampeón, ha escrito una nueva página gloriosa en su historia, una que será recordada por siempre. Esta hazaña es un testimonio del poder del trabajo en equipo, la perseverancia y la pasión inquebrantable por el deporte.
Regatas no solo ha ganado un campeonato, ha reafirmado su legado y nuevamente nuestra institución vuelve a la cima del futsal argentino.